EL CASO ALEXEI JACCARD: QUINCE PERSONAS DESAPARECIDAS ENTRE ARGENTINA Y CHILE (CAPÍTULO 4)
Continúa la Sentencia (página 2.079) con la declaración de Paulina Veloso, esposa de Alexei:
“Relató que miembros del partido Comunista le informaron que Alexei podría haberse alojado en tres hoteles. La deponente llamó por teléfono al primero de la lista, el “Bristol”. Allí, le informaron que su esposo se había alojado en ese hotel; pero que al día siguiente de su arribo se había retirado del lugar. Así, puso ello en conocimiento de las autoridades helvéticas.
Por eso, personal de la Embajada Suiza –Sr. Trinkler- fue al hotel; y el encargado de apellido Longinos dijo que Alexei había estado allí.
Pero, el 17 de mayo se hicieron presentes dos policías y recogieron sus pertenencias.
Para entregar las cosas, el Director del hotel pidió a esas personas que firmasen un recibo.
Así, uno de los intervinientes quedó registrado, cree que su nombre era Julio González.
Este documento fue visto por el personal de la embajada; sin embargo, con posterioridad -cuando se solicitó una copia del recibo- le informaron que se habían hecho presentes en el lugar otros policías (que habían presentado placas de identificación) y lo retiraron.
Indicó que de esos documentos surgían nombres y números de placas, pero ellos no se correspondían con los registros oficiales.
Recordó la testigo que por la presentación que hizo el gobierno suizo, el Sr. Juez Mugaburu citó a declarar a los policías.
Uno de ellos figuraba como fallecido, mientras que los otros que declararon, Bidone y González, manifestaron que los números de las placas no les correspondían y desconocieron su participación en esos hechos.
Ambos policías sostuvieron en el juicio que nunca intervinieron en la detención de Alexei.
En virtud de lo mencionado precedentemente la testigo sostuvo que todo fue fraguado, si bien todo indicaba que las personas que lo hicieron estaban conectadas con la Policía.
Añadió que en el Recurso de Amparo –solicitando el habeas corpus- que se presentó en Chile por Alexei, la Corte de Apelaciones le pidió informes a la policía de investigaciones; y ésta reportó –el 29 de junio- por intermedio del Inspector General de la Policía -Inspector Salinas- que su esposo había ingresado a Chile desde Argentina, el 26 de mayo de 1977 y que había salido de aquel país con destino a Montevideo, Uruguay, el 12 de junio.
La deponente consideró que de esta manera el gobierno chileno se hacía cargo de su ingreso; pero, en el mismo acto, desplazaba su responsabilidad por la alegada salida del país del requerido.
Al tomar conocimiento de tales circunstancias, el gobierno helvético inmediatamente pidió las tarjetas de embarque a la empresa “Varig”.
De ellas surgía que Alexei había salido en un vuelo comercial desde Buenos Aires.
Pero, cuando la testigo las examinó, observó que la letra no se correspondía con la de su marido y los datos eran todos falsos, con excepción del nombre. Además se consignó que viajaba con un pasaporte argentino.
Al realizarse la investigación en Argentina, se determinó que ese número de pasaporte pertenecía a un agente de Policía, cuyo apellido creía que era “Colla”, esa persona –para aquel entonces estaba muerta.
Indicó que el secuestro de su esposo estuvo vinculado con la operación financiera del Partido Comunista, no sólo porque fue detenido junto con Ricardo Ramírez y con Héctor Velásquez Mardones, sino también porque el 29 de mayo de ese año detienen en el aeropuerto a un matrimonio de origen chileno-judío de apellido Stoulman, quienes venían de Santiago.
Recordó que él se llamaba Jacobo y ella, Matilde Pessa; el esposo era un banquero chileno, quien conocía a Américo Zorrilla desde hacía mucho tiempo, y manejaba las finanzas del Partido Comunista chileno.
Por ello, sostuvo que era una operación de origen financiero vinculada al Partido Comunista, pero no tenía que ver con acciones en la Argentina.
Declaró que el Primer Ministro Suizo, Pierre Aubert, viajó a Roma en 1978 con motivo del funeral del Papa Juan Pablo I, y allí se encontró con Jorge Rafael Videla, quien a requerimiento del primero, le aseguró que Alexei ya no estaba en Argentina.
Días después, el embajador helvético se contactó con un funcionario chileno y éste le dijo que conocía la reunión de los mandatarios antes mencionados.
Ello demostró las conexiones existentes para esa época entre los gobiernos de Argentina y Chile, porque el funcionario chileno no tenía por qué saber sobre la reunión, ya que no se hizo pública.
La deponente refirió durante esos años 1977 y 1978 -hasta que volvió a Chile- buscó información sobre el paradero de su esposo.
El comité que se había formado para lograr la liberación de Jaccard era muy activo y mandaba cartas a distintos organismos oficiales.
En una carta el Embajador Argentino en Suiza, cuyo apellido era Quintana, el 2 de julio de 1980, contestó que desde hacía más de dos años Alexei estaba en un país vecino de Argentina.
En punto al destino final de su marido, refirió que no supo en qué lugares de
Argentina estuvo detenido; pero en Chile, la única información que existe es que en 2007 se descubrió un lugar de exterminio de miembros del Partido Comunista.
El predio se encontraba ubicado en la calle Simón Bolívar al 8000.
Tal circunstancia tomó estado público en ese año, porque se dio con el paradero del cocinero del lugar, quien declaró ante el Juez Montillo.
De los testimonios brindados surgían referencias a personas allí alojadas que habrían llegado de Argentina y, por las menciones y datos que aportaron, la deponente entiende que se estaban refiriendo a Alexei.
Esas actuaciones tenían por objeto dilucidar lo ocurrido con las Directivas del Partido Comunista chileno (Víctor Días, Fernando Ortiz y Reinaldo Pereyra), pero en ellas se hace referencia a un grupo de 3 personas que llegó de Argentina una noche, en algunas se mencionan a 2 de ellos como “los húngaros”.
Recordó la testigo que Ricardo Ramírez y Héctor Velásquez tenían pasaporte húngaro -ese dato lo obtuvo por la cónyuge de uno de ellos con quien se había entrevistado la deponente- mientras que el tercero era más joven.
Los testimonios refieren que era un hombre argentino o noruego, alto de 1.82 o 1.83 mts.. Expresó que Alexei tenía esa altura. En ellos se indica que este hombre tenía 25 años, lo que coincidía con la edad de su esposo.
Sumado a que otro agente declaró que ese detenido llevaba un año de casado, que era igual al tiempo de su matrimonio con Jaccard.
También dijeron que estudiaba en Ginebra, que su jefe era Américo Zorrilla y que llevaba una cantidad de dinero para el partido. Alguien declaró que ese joven tenía una nariz muy perfilada.
Todo ello le hizo pensar que podría tratarse de su esposo. Señaló que la causa -en la que se tomaron las declaraciones de los agentes estatales a las que hizo referencia- era la conocida como episodio de la “Calle Conferencia” que tramita por ante el Magistrado Vázquez y no Carroza, que es quien llevaba adelante el rol conocido como “Operación Cóndor”.
Expresó que otro de los indicios sobre la estadía de su marido en el centro de Simón Bolívar fue que un agente señaló que el joven de nariz perfilada le pidió calcetines porque tenía frío en los pies.
Esto para ella fue un dato determinante, porque Alexei siempre dormía con calcetines e invariablemente tenía frío en los pies.
La testigo poseía la certeza de que ninguna otra persona que no fuese su esposo podría haber pedido calcetines en un lugar así, clandestino, encarcelado y habiendo sido torturado.
Según los agentes que declararon él había llegado herido y fue atendido por un médico que arribó en ambulancia al lugar de detención.”.
“Relató que miembros del partido Comunista le informaron que Alexei podría haberse alojado en tres hoteles. La deponente llamó por teléfono al primero de la lista, el “Bristol”. Allí, le informaron que su esposo se había alojado en ese hotel; pero que al día siguiente de su arribo se había retirado del lugar. Así, puso ello en conocimiento de las autoridades helvéticas.
Por eso, personal de la Embajada Suiza –Sr. Trinkler- fue al hotel; y el encargado de apellido Longinos dijo que Alexei había estado allí.
Pero, el 17 de mayo se hicieron presentes dos policías y recogieron sus pertenencias.
Para entregar las cosas, el Director del hotel pidió a esas personas que firmasen un recibo.
Así, uno de los intervinientes quedó registrado, cree que su nombre era Julio González.
Este documento fue visto por el personal de la embajada; sin embargo, con posterioridad -cuando se solicitó una copia del recibo- le informaron que se habían hecho presentes en el lugar otros policías (que habían presentado placas de identificación) y lo retiraron.
Indicó que de esos documentos surgían nombres y números de placas, pero ellos no se correspondían con los registros oficiales.
Recordó la testigo que por la presentación que hizo el gobierno suizo, el Sr. Juez Mugaburu citó a declarar a los policías.
Uno de ellos figuraba como fallecido, mientras que los otros que declararon, Bidone y González, manifestaron que los números de las placas no les correspondían y desconocieron su participación en esos hechos.
Ambos policías sostuvieron en el juicio que nunca intervinieron en la detención de Alexei.
En virtud de lo mencionado precedentemente la testigo sostuvo que todo fue fraguado, si bien todo indicaba que las personas que lo hicieron estaban conectadas con la Policía.
Añadió que en el Recurso de Amparo –solicitando el habeas corpus- que se presentó en Chile por Alexei, la Corte de Apelaciones le pidió informes a la policía de investigaciones; y ésta reportó –el 29 de junio- por intermedio del Inspector General de la Policía -Inspector Salinas- que su esposo había ingresado a Chile desde Argentina, el 26 de mayo de 1977 y que había salido de aquel país con destino a Montevideo, Uruguay, el 12 de junio.
La deponente consideró que de esta manera el gobierno chileno se hacía cargo de su ingreso; pero, en el mismo acto, desplazaba su responsabilidad por la alegada salida del país del requerido.
Al tomar conocimiento de tales circunstancias, el gobierno helvético inmediatamente pidió las tarjetas de embarque a la empresa “Varig”.
De ellas surgía que Alexei había salido en un vuelo comercial desde Buenos Aires.
Pero, cuando la testigo las examinó, observó que la letra no se correspondía con la de su marido y los datos eran todos falsos, con excepción del nombre. Además se consignó que viajaba con un pasaporte argentino.
Al realizarse la investigación en Argentina, se determinó que ese número de pasaporte pertenecía a un agente de Policía, cuyo apellido creía que era “Colla”, esa persona –para aquel entonces estaba muerta.
Indicó que el secuestro de su esposo estuvo vinculado con la operación financiera del Partido Comunista, no sólo porque fue detenido junto con Ricardo Ramírez y con Héctor Velásquez Mardones, sino también porque el 29 de mayo de ese año detienen en el aeropuerto a un matrimonio de origen chileno-judío de apellido Stoulman, quienes venían de Santiago.
Recordó que él se llamaba Jacobo y ella, Matilde Pessa; el esposo era un banquero chileno, quien conocía a Américo Zorrilla desde hacía mucho tiempo, y manejaba las finanzas del Partido Comunista chileno.
Por ello, sostuvo que era una operación de origen financiero vinculada al Partido Comunista, pero no tenía que ver con acciones en la Argentina.
Declaró que el Primer Ministro Suizo, Pierre Aubert, viajó a Roma en 1978 con motivo del funeral del Papa Juan Pablo I, y allí se encontró con Jorge Rafael Videla, quien a requerimiento del primero, le aseguró que Alexei ya no estaba en Argentina.
Días después, el embajador helvético se contactó con un funcionario chileno y éste le dijo que conocía la reunión de los mandatarios antes mencionados.
Ello demostró las conexiones existentes para esa época entre los gobiernos de Argentina y Chile, porque el funcionario chileno no tenía por qué saber sobre la reunión, ya que no se hizo pública.
La deponente refirió durante esos años 1977 y 1978 -hasta que volvió a Chile- buscó información sobre el paradero de su esposo.
El comité que se había formado para lograr la liberación de Jaccard era muy activo y mandaba cartas a distintos organismos oficiales.
En una carta el Embajador Argentino en Suiza, cuyo apellido era Quintana, el 2 de julio de 1980, contestó que desde hacía más de dos años Alexei estaba en un país vecino de Argentina.
En punto al destino final de su marido, refirió que no supo en qué lugares de
Argentina estuvo detenido; pero en Chile, la única información que existe es que en 2007 se descubrió un lugar de exterminio de miembros del Partido Comunista.
El predio se encontraba ubicado en la calle Simón Bolívar al 8000.
Tal circunstancia tomó estado público en ese año, porque se dio con el paradero del cocinero del lugar, quien declaró ante el Juez Montillo.
De los testimonios brindados surgían referencias a personas allí alojadas que habrían llegado de Argentina y, por las menciones y datos que aportaron, la deponente entiende que se estaban refiriendo a Alexei.
Esas actuaciones tenían por objeto dilucidar lo ocurrido con las Directivas del Partido Comunista chileno (Víctor Días, Fernando Ortiz y Reinaldo Pereyra), pero en ellas se hace referencia a un grupo de 3 personas que llegó de Argentina una noche, en algunas se mencionan a 2 de ellos como “los húngaros”.
Recordó la testigo que Ricardo Ramírez y Héctor Velásquez tenían pasaporte húngaro -ese dato lo obtuvo por la cónyuge de uno de ellos con quien se había entrevistado la deponente- mientras que el tercero era más joven.
Los testimonios refieren que era un hombre argentino o noruego, alto de 1.82 o 1.83 mts.. Expresó que Alexei tenía esa altura. En ellos se indica que este hombre tenía 25 años, lo que coincidía con la edad de su esposo.
Sumado a que otro agente declaró que ese detenido llevaba un año de casado, que era igual al tiempo de su matrimonio con Jaccard.
También dijeron que estudiaba en Ginebra, que su jefe era Américo Zorrilla y que llevaba una cantidad de dinero para el partido. Alguien declaró que ese joven tenía una nariz muy perfilada.
Todo ello le hizo pensar que podría tratarse de su esposo. Señaló que la causa -en la que se tomaron las declaraciones de los agentes estatales a las que hizo referencia- era la conocida como episodio de la “Calle Conferencia” que tramita por ante el Magistrado Vázquez y no Carroza, que es quien llevaba adelante el rol conocido como “Operación Cóndor”.
Expresó que otro de los indicios sobre la estadía de su marido en el centro de Simón Bolívar fue que un agente señaló que el joven de nariz perfilada le pidió calcetines porque tenía frío en los pies.
Esto para ella fue un dato determinante, porque Alexei siempre dormía con calcetines e invariablemente tenía frío en los pies.
La testigo poseía la certeza de que ninguna otra persona que no fuese su esposo podría haber pedido calcetines en un lugar así, clandestino, encarcelado y habiendo sido torturado.
Según los agentes que declararon él había llegado herido y fue atendido por un médico que arribó en ambulancia al lugar de detención.”.