EL AGENTE CHILENO ARANCIBIA CLAVEL OPERABA DESDE SU SEDE EN BUENOS AIRES (Capítulo 4)
El ejército argentino quedó afuera de la reunión fundacional del Cóndor
Sabemos por el respectivo documento hallado en los ya mencionados Archivos del Terror de Paraguay, que a fines de octubre de 1975 se había recibido en Asunción una invitación del Jefe de la DINA, el Coronel Manuel Contreras, a lo que sería la reunión fundacional de la Operación Cóndor, titulada “1ra. Reunión de Inteligencia Nacional” a celebrarse en Santiago de Chile a fines de noviembre de 1975.
Arancibia informó entonces a sus mandos mediante el Memo 69 I del 31 de octubre de 1975, dirigido a Julio Muñoz por Luis Felipe Alemparte, que expresa:
“...Osvaldo Rawson quien me planteó su malestar al informarse que para una reunión a celebrarse en Santiago de elementos de inteligencia, no fue consultado.
Habría sido invitado un elemento del SIDE. A raíz de eso y además de la inquietud que tiene por saber de las últimas novedades de la JCR posiblemente viaje el próximo martes a Santiago ... el pasaje de ida lo anotaría en mi cuenta ...”.
Por otra parte agrega Arancibia en el mismo mensaje:
“...Ismael Haieck cayó en un procedimiento policial antisubversivo ... pánico en los chilenos exiliados por las constantes desapariciones de ellos en Baires ... se mantienen abiertos los contactos con los Jefes de Policía de Mendoza y San Juan ...”.
De todo ello resulta que el Teniente Coronel del SIE argentino Osvaldo Riveiro se proponía viajar a Santiago y el pasaje se lo pagaba la DINA.
Mucho más importante “manifiestó malestar” porque el SIE (es decir él mismo) no fue invitado por la DINA a la reunión de Inteligencia en la que en definitiva se constituiría formalmente la Operación Cóndor.
En cambio en representación de la dictadura argentina había sido invitada la SIDE, que efectivamente concurrió a través de un oficial de la marina.
Además, Arancibia celebra los efectos de acto de terrorismo de Estado multinacional, del que en concreto fueron víctimas los exiliados chilenos en Buenos Aires. Y para expresar el terror producido usa la palabra pánico.
Memo 75 J del 30 de noviembre de 1975 dirigido a Julio Muñoz por Luis Felipe Alemparte, que da cuenta de que “...los motivos del no viaje de Rawson fue debido a que los Superiores de él no se lo permitieron. Off de record, me enteré porqué están sumamente molestos, por la poca reciprocidad de nuestras agencias (A y E) con respecto a ellos. Igual la colaboración la seguirán prestando ... Con Rawson mantengo contacto por lo menos dos veces por semana ... con estas pequeñas cosas formales, podemos obtener mucha mayor colaboración ...”.
La reunión fundacional del Cóndor terminó en Santiago, al cabo de tres días, el 28 de noviembre de 1975, según consta en el documento de cierre de la misma, al que nos referimos en particular en otro artículo de este blog.
El precedente documento es elocuente por sí mismo sobre las desinteligencias entre los servicios argentinos.
Memo 76 J del 2 de diciembre de 1975 dirigido a Julio Muñoz por Luis Felipe Alemparte, que expresa textualmente “... le presenté a Rawson, sería interesante ver manera que quede claro cual va a ser el camino a seguir, Rawson es SIE, pero clandestino. Como el Ejercito asumió la responsabilidad de la lucha antisubversiva el encargado oficial de proporcionar información a nuestro hombre oficial sería el Jefe del departamento segundo...”.
El “departamento segundo” alude a la jefatura II del comando del ejército argentino, de la cual dependían jerárquicamente el SIE y por consiguiente el Batallón 601 del ejército al que pertenecía Riveiro.
Es nada menos que el departamento de inteligencia que comandó el terrorismo de estado en nuestro territorio en el plan terrorista de Estado, incluyendo la coordinación regional.
Por lo demás la comunicación es expresa en cuanto al carácter específicamente clandestino de las relaciones SIE- DINA a través del Coronel Riveiro y su contraparte Arancibia Clavel.
Efectivamente en las semanas previas se acababan de dictar el Decreto PEN 2770/2 y la Directiva Nro. 1/75 del Consejo de Defensa que establecieron la responsabilidad de las Fuerzas Armadas en la llamada lucha contra la subversión, con responsabilidad primaria del ejército.
Memo 78 J del 11 de diciembre de 1975 dirigido a Julio Muñoz por Luis Felipe Alemparte, en el cual expresa: “...Para tener mayor acceso a información y mayor colaboración del equipo de Rawson sería interesante que a través del Agregado Militar o Directamente de Comandante en Jefe a Comandante en Jefe se hiciera mención del valor de la colaboración que están prestando DINA con SIE, a través de Rawson [...]
Rawson solicita en un momento determinado la utilización de terrero chileno para mantener guardado a un equipo de cinco personas. El transporte se haría en un Hércules argentino... Yo le adelanté que nosotros no tendríamos ningún inconveniente en ofrecerles estas comodidades...”.
Es notable el nivel de coordinación represiva ya alcanzado a fines de 1975 más allá de las fronteras, que inclusive llegó a involucrar el movimiento de personal en un avión militar argentino a Chile.
Y a su vez se hace explícita la intervención personal de Arancibia en internas del ejército de Argentina, lo que constituyó una constante de su accionar.
Memo 12 del 11 de diciembre de 1975 dirigido a Copihue 1 – Santiago por Copihue Buenos Aires, que reza “… Sería muy conveniente para seguir contando con la buena voluntad y amistad del equipo de Rawson, que se le mandara algún obsequio típicamente de nuestra agencia. También él me solicitó un corvo de paracaidista. Sería interesante ver modo de enviarlo...” .
Es expresa y manifiesta la intención de atender la relaciones personales obsequiosamente, más allá de lo estrictamente oficial.
Un obsequio típicamente de la DINA consiste en una suma de dinero.
Sabemos por el respectivo documento hallado en los ya mencionados Archivos del Terror de Paraguay, que a fines de octubre de 1975 se había recibido en Asunción una invitación del Jefe de la DINA, el Coronel Manuel Contreras, a lo que sería la reunión fundacional de la Operación Cóndor, titulada “1ra. Reunión de Inteligencia Nacional” a celebrarse en Santiago de Chile a fines de noviembre de 1975.
Arancibia informó entonces a sus mandos mediante el Memo 69 I del 31 de octubre de 1975, dirigido a Julio Muñoz por Luis Felipe Alemparte, que expresa:
“...Osvaldo Rawson quien me planteó su malestar al informarse que para una reunión a celebrarse en Santiago de elementos de inteligencia, no fue consultado.
Habría sido invitado un elemento del SIDE. A raíz de eso y además de la inquietud que tiene por saber de las últimas novedades de la JCR posiblemente viaje el próximo martes a Santiago ... el pasaje de ida lo anotaría en mi cuenta ...”.
Por otra parte agrega Arancibia en el mismo mensaje:
“...Ismael Haieck cayó en un procedimiento policial antisubversivo ... pánico en los chilenos exiliados por las constantes desapariciones de ellos en Baires ... se mantienen abiertos los contactos con los Jefes de Policía de Mendoza y San Juan ...”.
De todo ello resulta que el Teniente Coronel del SIE argentino Osvaldo Riveiro se proponía viajar a Santiago y el pasaje se lo pagaba la DINA.
Mucho más importante “manifiestó malestar” porque el SIE (es decir él mismo) no fue invitado por la DINA a la reunión de Inteligencia en la que en definitiva se constituiría formalmente la Operación Cóndor.
En cambio en representación de la dictadura argentina había sido invitada la SIDE, que efectivamente concurrió a través de un oficial de la marina.
Además, Arancibia celebra los efectos de acto de terrorismo de Estado multinacional, del que en concreto fueron víctimas los exiliados chilenos en Buenos Aires. Y para expresar el terror producido usa la palabra pánico.
Memo 75 J del 30 de noviembre de 1975 dirigido a Julio Muñoz por Luis Felipe Alemparte, que da cuenta de que “...los motivos del no viaje de Rawson fue debido a que los Superiores de él no se lo permitieron. Off de record, me enteré porqué están sumamente molestos, por la poca reciprocidad de nuestras agencias (A y E) con respecto a ellos. Igual la colaboración la seguirán prestando ... Con Rawson mantengo contacto por lo menos dos veces por semana ... con estas pequeñas cosas formales, podemos obtener mucha mayor colaboración ...”.
La reunión fundacional del Cóndor terminó en Santiago, al cabo de tres días, el 28 de noviembre de 1975, según consta en el documento de cierre de la misma, al que nos referimos en particular en otro artículo de este blog.
El precedente documento es elocuente por sí mismo sobre las desinteligencias entre los servicios argentinos.
Memo 76 J del 2 de diciembre de 1975 dirigido a Julio Muñoz por Luis Felipe Alemparte, que expresa textualmente “... le presenté a Rawson, sería interesante ver manera que quede claro cual va a ser el camino a seguir, Rawson es SIE, pero clandestino. Como el Ejercito asumió la responsabilidad de la lucha antisubversiva el encargado oficial de proporcionar información a nuestro hombre oficial sería el Jefe del departamento segundo...”.
El “departamento segundo” alude a la jefatura II del comando del ejército argentino, de la cual dependían jerárquicamente el SIE y por consiguiente el Batallón 601 del ejército al que pertenecía Riveiro.
Es nada menos que el departamento de inteligencia que comandó el terrorismo de estado en nuestro territorio en el plan terrorista de Estado, incluyendo la coordinación regional.
Por lo demás la comunicación es expresa en cuanto al carácter específicamente clandestino de las relaciones SIE- DINA a través del Coronel Riveiro y su contraparte Arancibia Clavel.
Efectivamente en las semanas previas se acababan de dictar el Decreto PEN 2770/2 y la Directiva Nro. 1/75 del Consejo de Defensa que establecieron la responsabilidad de las Fuerzas Armadas en la llamada lucha contra la subversión, con responsabilidad primaria del ejército.
Memo 78 J del 11 de diciembre de 1975 dirigido a Julio Muñoz por Luis Felipe Alemparte, en el cual expresa: “...Para tener mayor acceso a información y mayor colaboración del equipo de Rawson sería interesante que a través del Agregado Militar o Directamente de Comandante en Jefe a Comandante en Jefe se hiciera mención del valor de la colaboración que están prestando DINA con SIE, a través de Rawson [...]
Rawson solicita en un momento determinado la utilización de terrero chileno para mantener guardado a un equipo de cinco personas. El transporte se haría en un Hércules argentino... Yo le adelanté que nosotros no tendríamos ningún inconveniente en ofrecerles estas comodidades...”.
Es notable el nivel de coordinación represiva ya alcanzado a fines de 1975 más allá de las fronteras, que inclusive llegó a involucrar el movimiento de personal en un avión militar argentino a Chile.
Y a su vez se hace explícita la intervención personal de Arancibia en internas del ejército de Argentina, lo que constituyó una constante de su accionar.
Memo 12 del 11 de diciembre de 1975 dirigido a Copihue 1 – Santiago por Copihue Buenos Aires, que reza “… Sería muy conveniente para seguir contando con la buena voluntad y amistad del equipo de Rawson, que se le mandara algún obsequio típicamente de nuestra agencia. También él me solicitó un corvo de paracaidista. Sería interesante ver modo de enviarlo...” .
Es expresa y manifiesta la intención de atender la relaciones personales obsequiosamente, más allá de lo estrictamente oficial.
Un obsequio típicamente de la DINA consiste en una suma de dinero.