"El baúl de la memoria de Hernán"



La obra titulada "El Baúl de la Memoria", de la artista argentina Ana Zlatkes, está acompañada de una foto de Hernán Nuguer, desaparecido por la dictadura el 28 de octubre de 1977. Instalación expuesta en el Museo del Ulster, Irlanda del Norte.


Palabras a cargo de Jaime Nuguer en el Seminario: “Siguiendo las huellas de los desaparecidos”.

Realizado por: Museo del Ulster, Universidad del Ulster, Belfast, Irlanda del Norte, el 30 y 31 de agosto de 2020.

En ocasión de la inauguración de arte textil también denominada “Siguiendo las huellas de los desaparecidos”, de la que forma parte la obra “El Baúl de la Memoria” de la artista argentina Ana Zlatkes.

Por invitación de la curadora de “Conflict Textiles”, Roberta Bacic



Queridos amigos

como ustedes saben en Latinoamérica vivimos, desde que los europeos llegamos a nuestro continente, grandes desigualdades sociales y económicas.

Los pueblos han venido luchando por su independencia y la justicia social.

Nuestra historia es la historia de la rebeldías contra la injusticia y de la resistencia a los crímenes que los poderosos han ejecutado para acallar las voces de la dignidad y la justicia.

Acercándonos en el tiempo a los últimos cincuenta años los pueblos latinoamericanos luchamos en común, para que los crímenes de lesa humanidad que se cometieron desde los gobiernos dictatoriales de la década de los ´70 no vuelvan a ocurrir NUNCA MÁS.

Los principios sobre los que se sostiene esa lucha son la MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA.

La está primero porque es el principal antídoto contra la repetición de aquellos hechos llamándonos a no olvidar el horror vivido.

Decenas de miles de torturados, muertos y desaparecidos, sin haber tenido siquiera la posibilidad de un juicio para defenderse, si es que había algo de que acusarlos.

Trataban de destruir la voluntad común de construir un mundo socialmente más justo.

En nuestro continente tenemos una gran tradición de arte que refleja los valores y las aspiraciones de nuestra sociedad.

En estos tiempos se ha expresado como un instrumento valioso en la construcción de la MEMORIA de ese pasado no tan lejano.

El arte comprometido con la realidad histórca permite acercar la conciencia de los pueblos a los hechos acontecidos, con una mirada penetrante.

En esta exposición mediante las arpilleras chilenas tradicionales y otras expresiones con materiales textiles, los artistas trasmiten su sentimiento y su mensaje mediante el lenguaje que solo el arte puede darnos con tanta sensibilidad y dimensión humanas.

Una mirada en la que la técnica de expresión artística, que se traduce en belleza, trasmite un mensaje.

Ese mensaje invita al espectador a acercarse a la MEMORIA histórica, conmoviendo sus sentimientos y provocando su reflexión.

La contemplación de la obra también trasmite cierto dolor, no podría ser de otra manera, porque penetra de una manera profunda en las conciencias de quienes tenemos el privilegio de acercarnos.

Estos instrumentos artísticos que tenemos aquí motivando nuestra MEMORIA, son producto de un talento muy especial.

En el que la sensibilidad del artista no está dirigida solamente a despertar admiración y darnos placer por lo producido con su arte, sino también a comprometernos con su vocación por mantener viva la MEMORIA.

Entre las obras que hoy se exponen tenemos “El Baúl de la Memoria” de la artista plástica argentina Ana Zlatkes, que con singular talento traduce la historia de mi hermano menor Hernán, desaparecido en 1977 por la dictadura cívico militar en nuestro país.

Un país que mi hermano amaba con pasión y quería transformar en un lugar más justo para la vida de nuestro pueblo.

Par eso estudiaba arquitectura, una profesión que había abrazado con la intención de aportar al proyecto social de terminar con el déficit de viviendas que todavía sufre nuestro pueblo por millones.

Participaba de la dirección del centro de estudiantes de su facultad.

Esa era su vocación y su lucha desde el Centro de Estudiantes de Arquitectura la Universidad de Buenos Aires con el propósito de adecuar los planes de estudio a las necesidades del pueblo, en lugar de la formación de arquitectos solo dedicados al placer de los que más tienen.

En 1974 , cuando contaba con 23 años de edad, Hernán sufrió un accidente mientras trabajaba en la construcción de un edificio, se fracturó su columna vertebral y ya no pudo mover sus piernas.

Con mucha voluntad por superar su incapacidad se rehabilitó y aprendió a caminar con aparatos y a conducir un automóvil adaptado.

Ello le permitió continuar con su trabajo, con sus estudios de arquitectura y su participación del centro de estudiantes de arquitectura.

En 1976 Los militares argentinos produjeron un golpe de estado, expulsando a las autoridades constitucionales, y produciendo una represión feroz contra sus opositores.

Los juicios que desarrollamos en los últimos años en Argentina para juzgar a los militares responsables de los crímenes de lesa humanidad, demostraron que se ensañaron, entre otros con los estudiantes de arquitectura.

La fiscalía demostró que los debates públicos realizados durante los ´70 en la universidad sobre la función de los arquitectos en la sociedad y la formación que como tales debían tener, la consideraron un peligro para la seguridad nacional.

Las técnicas represivas consistieron en cárcel sin juicio ni proceso, torturas, violaciones, y asesinatos y desaparición de los restos mortales.

También robo de bebes nacidos en cautiverio.

Negaron toda información de sus crímenes a los familiares de los perseguidos, a los jueces y a la sociedad toda, incluyendo un pacto mafioso de silencio.

El 28 de octubre de 1977, cuando faltaban muy pocas semanas para terminar sus estudios de arquitecto, Hernán fue secuestrado por personal de la armada.

Lo buscamos sin cesar desde esa misma mañana y por los años siguientes.

Continúa desaparecido, hasta hoy no obtuvimos una respuesta del Estado sobre su destino final.

La desaparición de las víctimas de esa represión política constituyó una forma particular de crimen contra la humanidad, que se continúa cometiendo hasta hoy mientras no se establezca la verdad.

El sufrimiento de los familiares y amigos por la ausencia de su ser querido, y especialmente el particular vacío que se produce en las familias produce un dolor muy especial y profundo, que no se desvanece con el paso del tiempo.

Descubrimos que ello es producto de negar no solo el destino sino también el derecho a hacer el duelo por el familiar perdido.

No podemos superar totalmente el dolor causado por del desconocimiento de lo ocurrido y la ausencia de los restos mortales, hace ya más de cuarenta años.

Una obra artística como el Baúl de la Memoria, realizada por Ana Zlatkes, gracias a su su creatividad, sensibilidad y exquisita técnica, tiene la doble virtud de contribuir a la Memoria colectiva de aquellos hechos atroces.

Al mismo tiempo a los familiares nos conforta el sensible homenaje al recuerdo de nuestro querido Hernán.

Me parece apropiado felicitar, en primer lugar a todos los artistas participantes por su extraordinaria producción que tenemos la satisfacción de apreciar, aún en estas condiciones de distancia que nos impone la historia.

Aplaudo a los organizadores de esta muestra, y una mención especial a Roberta Bacic, que con talento y tenacidad nos convocó a participar de este extraordinario evento que une el arte con la Memoria y a Brandon Humber que nos condujo.

Muchas gracias

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