EL CASO ALEXEI JACCARD: CAPÍTULO 5 (Final)
En este capítulo transcribimos conclusiones del Ministerio Público Fiscal (página 856 de su alegato):
“El secuestro de Jaccard Siegler ocurrió en el Área I, para esa época a cargo de General Edmundo René Ojeda, ubicada dentro de la Sub-zona Capital Federal que por entonces se encontraba bajo la responsabilidad del General José Montes, que a su vez dependía de la Zona I, a cargo del General Carlos Guillermo Suárez Mason.
Debemos afirmar, además, que el secuestro de Alexei Vladimir Jaccard Siegler fue parte de un conjunto de acciones coordinadas entre las fuerzas argentinas y chilenas: tanto en nuestro país dentro de la misma zona, como en Chile, fueron secuestrados casi todos los que de alguna manera habían contribuido con la operación financiera del Partido Comunista chileno.
En lo que se refiere a la Ciudad de Buenos Aires, se probó en este debate que el 16 de mayo de 1977, esto es, el mismo día que Jaccard, fueron secuestrados también los dirigentes del PCCh Héctor Velásquez y Ricardo Ramírez, quienes luego fueron llevados a Chile y recluidos también en el Centro Clandestino de Detención Simón Bolívar.
Horas más tarde, de la casa de Marcos Leder -lugar donde se alojaba Ramírez- fueron secuestrados Leder y su hijo Mauricio.
El 18 de mayo y siguiendo esta sucesión de operaciones coordinadas, agentes de la Superintendencia de Coordinación Federal allanaron la casa de Mario Clar y de Sergio Andrés Clar.
En esta última, sita en la calle Defensa 979, padre e hijo fueron también secuestrados.
El mismo 18 de mayo, fuerzas represivas utilizando vehículos oficiales se presentaron y allanaron el depósito de Rodolfo Sánchez, ubicado en la calle en Valentín Virasoro 1010 de esta Ciudad, provocando destrozos.
Cinco días después, personas fuertemente armadas que actuaban de civil, lo secuestraron de su domicilio particular, ubicado en Campichuelo 1002, también de la Ciudad de Buenos Aires.
Luego de estas detenciones ilegales, merced al intercambio de información entre las fuerzas chilenas y argentinas y a la acción coordinada que señaláramos, también se realizaron secuestros tanto en Chile como en la Argentina, todos relacionados con el de Alexei Jaccard.
Así, el 27 de mayo de 1977 en Chile fue secuestrado, brutalmente torturado y asesinado por las fuerzas represivas de ese país, Ruiter Enrique Correa Arce, quien, de acuerdo a lo pactado, era el encargado de recibir el dinero que llegaba al país trasandino.
Su cuerpo apareció la madrugada del 28 de mayo, a orillas del Río Mapocho.
Al día siguiente, y luego de arribar de un vuelo proveniente de Santiago de Chile, fueron secuestrados Jacobo Stoulman y su mujer Matilde Pessa Mois a su llegada al aeropuerto de Ezeiza.
Días más tarde, ambos fueron entregados a la DINA chilena y trasladados a ese país.
Se estableció también que, en los días posteriores a sus secuestros, se hicieron varios giros por grandes sumas de dinero en dólares desde la cuenta de Stoulman.
Finalmente, el 7 de junio de 1977 Hernán Soto Gálvez, otro de los miembros del aparato financiero que participaba de la operación desde Chile, fue introducido en un auto por tres miembros de las fuerzas represivas chilenas en la ciudad de Santiago de Chile. Soto Gálvez se encuentra desaparecido.
Tal como expusimos y como seguidamente ampliaremos, el secuestro de Jaccard y los once restantes, ejecutados tanto en nuestro país como en Chile, formaron parte de la misma operación coordinada de ambos países tendiente a desbaratar el auxilio financiero al Partido Comunista Chileno y el establecimiento de una nueva cúpula de ese Partido en la Argentina.
Debemos aquí mencionar también otros secuestros ocurridos en el mismo lapso pero dirigidos contra miembros del Partido Comunista Argentino, específicamente el 20 de mayo de 1977 en su sede de la Av. Callao 274 de esta Capital.
Ese día, y en lo que se denominó Operativo Callao, fueron secuestradas siete personas. Cuatro de ellas -Luis Cervera Novo, Ricardo Isidro Gómez, Carmen Candelaria Román y Juan Cesáreo Arano aún permanecen desaparecidos.
Estos hechos específicos están siendo investigados por el Juzgado Federal n° 3 de esta Ciudad.
Al ser alertada por gente del Partido Comunista, Paulina Veloso siguiendo las recomendaciones que ellos le dieron, denunció lo ocurrido con su esposo Alexei Jaccard Siegler a las autoridades suizas, sin mencionar nada acerca de la operación del partido.
El gobierno suizo envió a Buenos Aires al representante permanente por las Naciones Unidas, Jean Claud Luthi; y ejercieron presión diplomática sobre los gobiernos de facto de Argentina y Chile.
Asimismo, la tía y la suegra de Jaccard presentaron recursos en Chile; y Luthi presentó un habeas corpus en Argentina que fue rápidamente rechazado. Además, en Ginebra se creó un Comité con el nombre de la víctima para contribuir con la investigación. Ante la presión internacional, las distintas fuerzas represivas de nuestro país negaron que Alexei hubiera sido detenido e intimidaron a Jean Claud Luthi, a tal punto que tuvo que abandonar el país porque temía por su vida.
Además, junto a las autoridades chilenas, montaron una serie de manipulaciones para confundir la investigación, que como se pudo acreditar en el debate, no fueron más que maniobras de los gobiernos de facto para perpetrar su impunidad.
Como recién mencionamos y a través del marco de coordinación represiva provisto por Cóndor, Jaccard, al igual que los otros miembros del Partido Comunista chileno Ramírez, Velázquez, Stoulman y su esposa Matilde Pessa, fueron trasladados ilegalmente desde Buenos Aires hasta el centro de exterminio ubicado en la calle Simón Bolívar al 8000 del barrio de La Reina en Santiago de Chile, donde fueron asesinados y sus restos ocultados.
Alexei Jaccard, que hoy tendría 57 años, permanece desaparecido.
De acuerdo a la descripción que hemos realizado y teniendo en cuenta las características particulares de los hechos narrados, queda absolutamente de manifiesto que el secuestro y desaparición de Alexei Jaccard y sus compañeros, el ocultamiento tendiente a encubrir la maniobra criminal y el traslado clandestino desde Buenos Aires a Santiago de Chile, fueron acciones coordinadas y realizadas merced al andamiaje de recursos provistos por la asociación ilícita Cóndor.
Es más, sin perjuicio de todas las pruebas hasta aquí mencionadas y de todas las que luego se mencionarán, sus particularidades y características son de por sí prueba suficiente de su ejecutoriedad y de su alcance, pues esos hechos son particularmente ilustrativos de su dimensión: la coordinación abarcó el intercambio de información, la realización del secuestro, el traslado de la víctima de un país a otro, el encubrimiento de lo hecho y la organización de los secuestro sucesivos de otras personas en nuestro país y en Chile.”.